Publicado el: Vie 20, Nov, 2015

LA ENTREVISTA DE LA SEMANA, Alejandra Quevedo, Concejala por Ñuñoa

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“LUEGO DE INTENSOS AÑOS, ESTOY EN RECESO”

¿Cómo te vinculaste con la política y cómo fue el recorrido que te convirtió en la concejala más joven de Chile con 22 años?

Vengo de una familia bastante política. Mis padres eran de izquierda. Siempre en el almuerzo de los domingos se hablaba de política: de los parlamentarios, de los ministros, de por quién se iba a votar en la próxima elección, qué era la izquierda, la derecha, etc. Como soy la menor, yo creo que eso coincidió con que en el país se hablaba más de política. Mis hermanos nacieron en dictadura y no se hablaba nada de política.

Yo nací el noventa y me hablaban de todas las cosas. Yo tenía seis años y veía la batalla de Chile, leía los libros de Marx, escuchaba Inti Illimani; era como una sobre dosis de política. Por eso, a los 9 años estaba desesperada por entrar a un partido político; tenía la duda si entraba al PC o al PS. Como mi abuelo era socialista, opte por el PS. De hecho, a los 10 años me fui a inscribir al partido y me dijeron que no se podía. Pero, igual participe en la campaña de Lagos.

Un día después de que cumplí 14 años, me inscribí en la juventud. Desde ahí, no pare nunca más.

Y luego, que entraste al PS ¿cómo fue la “carrera” que hiciste?

Cómo me inscribí en la sede del partido, no tenía una comuna definida. Me llamaron para la campaña de Bachelet la primera vez que fue candidata. Ahí, trabajaba donde me mandaran: fui a Pedro Aguirre Cerda, Maipú, hasta en regiones, entregaba volantes en todos lados. Tengo la suerte de conocer todas las comunas de Santiago ya que me he pasado toda mi vida –desde los nueve años- en campaña.

Al terminar la campaña venía la elección interna de la JS. Como me conocían –era trabajadora y constante- me propusieron la Vicepresidencia del regional metropolitano. Me postule y salí electa. Luego, vino la Revolución pingüina; como no había nadie que coordinara a los socialistas, asumí la dirección nacional secundaria que hasta ese tiempo no existía. Coordinábamos todos los colegios de Chile. Después, una vez terminado este movimiento, vino otra elección de la JS y me propusieron ser Vicepresidenta Nacional. Acepte y salí electa.

La Revolución pingüina marca toda una época. Es un hito para ti y para el país; ¿es tú primera gran batalla política?

Yo creo que sí. Compartí con mucha gente que hasta el día de hoy son mis amigos. Fue una tremenda experiencia; sobre todo, conocer distintas realidades.

En una palabra o frase breve, ¿Cómo defines al movimiento?

Democracia; como un despertar. Fuimos la primera generación que después de la dictadura se atrevió a salir a la calle en masa sin pensar que te podía pasar algo. Como somos del noventa, nunca tuvimos ese temor de que nos fuera a pasar algo; no teníamos miedo. Revivimos esa democracia que hasta ese momento estaba muy en silencio.

¿Qué hiciste entre el 2016 y el 2012, que te convertiste en concejal?

Seguí en la Vicepresidencia regional de la Juventud y siempre en contacto con los secundarios; siempre tratamos de re-armarnos, de hecho, de ahí vienen los grupos más radicalizados y el quiebre  entre ACES y la CONES. Mucha actividad en la Juventud, hacíamos muchas cosas; éramos muy independientes del partido.

Hoy, la JS está pasando una crisis; no es, un ente de opinión. Cuando pasa algo, a nadie se le ocurre ir a al JS a preguntarle lo que piensa. Esa es la verdad. No marca pauta ni agenda.

Pero, ¿eso no sería una realidad general de los partidos?

Sí, pero la Izquierda Autónoma crece todos los días, todos los años, Crecen mucho en las Universidades y hoy están llegando a los colegios.

Entonces, ¿qué está pasando en tu partido, en la JS?

Difícil que estas cosas se hablen. Tienen que abrir los ojos. Es muy difícil ser crítico dentro del partido, pensar diferente, proponer cosas nuevas; porque estamos acostumbrados hacer las cosas de una manera y cualquier cosa que se salga de los márgenes no va ser escuchada. Uno se aburre y cansa de motivar la participación, el debate. Nunca cambia nada. El partido y la Juventud ésta pasando por un momento difícil.

En marco de ese diagnóstico, ¿cómo se inserta el Congreso de Enero?

Ojala se discutan temas verdad. El último Congreso que yo fui de delegada empezó a la una de la tarde y terminó a las cinco de la mañana. A las tres de la mañana estábamos votando si queríamos Asamblea Constituyente o no. En esas condiciones, es imposible generar un debate decente. Había gente durmiendo, y  que el compañero de al lado le levantaba la mano para aprobar a favor o en contra determinada propuesta. Esa, fue la realidad que conocí yo. Espero, que ahora no sé de así y se den las discusiones de verdad. Al final, se van a llenar los cupos para delegado según las tendencias del partido.

Ahora, concentremos la atención, en tus motivaciones para estar en política; ¿qué te motivo para entrar y que te motiva hoy?

Yo quería cambiar la sociedad, ayudar a la gente; siempre, me ha gustado ayudar a la gente. Yo vivía tranquila con ciertos privilegios –mis padres no tenía deudas y yo podía ir a un colegio bueno. Yo sentía, que tenía que contribuir a generar igualdad. Por eso me gusto el partido y esa era mi motivación principal.

Y, ¿hoy?

Es complejo. Estoy en un proceso de des-motivación. Después de 11 años de no parar de hacer política –estar en cargos, en campañas, en actividades-, no sé, si he logrado aportar de verdad. El camino está lleno de gente que no quiere cambios. Mi motivación hoy, es la gente; pero, estoy en un proceso de no tener motivación.

No me inscribí a nada; ni para concejal ni para Alcaldesa. Por dos razones; uno, porque quiero desempeñarme como abogada, ayudar a la gente de ahí –que me encanta-; y dos, porque desde mi carrera he sentido que puedo ayudar a muchas más personas de las que puedo ayudar desde la política o desde la Concejalía. Ahora voy a descansar. Necesito re-encantarme.

Espero, que con los cambios que están ocurriendo, la gente obligue a los partidos –aparte de ser más probos y transparentes- a que empiecen a funcionar de manera democrática. Hablamos de democracia, pero al interior de los partidos no existe democracia alguna. En mi partido, si no eres de una tendencia nadie te va escuchar y mejor ándate para la casa. Espero que este despertar de la gente, genere cambios reales y ahí espero estar en la banca sentada y precalentando para poder entrar en un recambio. No se trata de edad; se trata, de políticas viejas que sólo generan que la gente este cada día más lejana de los partidos.

¿Cómo te convertiste en Concejal?

Los compañeros del comunal me piden ser candidata al Concejo. Nunca lo pensé; además estaba en tercer año de mi carrera y quería terminarla tranquila. Pero, como en esa época había una fuerza nueva en política –la Camila Vallejos, Giorgio Jackson, Boric- acepte la candidatura.

¿Cómo ha sido tú labor como concejala?

Básicamente dos. Una interna y otra hacia los vecinos. En lo interno, me he dedicado a revisar las licitaciones, las patentes de alcohol. Me he preocupado de lo legal; que revisemos los contratos, las prescripciones. Muchos concejales –la mayoría- me preguntan por los temas legales que después influyen en sus votaciones. Mi carrera me ha servido mucho para esta temática. He sido súper transversal; no soy una persona cerrada. Además, el tema local no da para peleas políticas; acá, estamos decidiendo temas vecinales que influirán en  la calidad de vida de los vecinos. Mi concejalía tiene un sello de que todos son capaces de conversar conmigo y podemos llegar a acuerdos y trabajar por la comuna.

Pero, ¿se trata, de cuestiones sólo técnicas, legales?

Sí; pero, antes era inaudito que un concejal de derecha le preguntara a uno de izquierda si estaba o no de acuerdo con determinada licitación. Ahora pasa y confían en lo que yo les digo. Eso, nunca se había dado antes.

Y ¿tus vínculos con los vecinos?

En la campaña me vincule mucho con las poblaciones de Ñuñoa; ya que de Grecia al sur es una realidad y al norte otra. Por ejemplo, las áreas verdes entre un sector y otro son muy desiguales. Hago muchas charlas legales en Juntas de vecinos o con vecinos en general. Llevo, gratis, como 50 casos legales de vecinos que necesitan solucionar sus temas. Además, tengo vinculación social con una Iglesia Evangélica –“sueños de niño”- que trabaja con niños de la Exequiel González Cortés. De hecho, estoy muy vinculada con ese sector de la comuna haciendo charlas, fichas de protección social y apoyando el trabajo comunitario.

Pero, no siempre es posible ayudar a los vecinos. Depende mucho de la relación que se tenga con el Alcalde. Si hay una buena relación con él, te va apoyar con las peticiones de vecinos” –patente para un kiosco, un lomo de toro, todo tipo de peticiones-; de lo contrario, no es mucho lo que se puede hacer. Todo pasa por el Alcalde. A pesar, de que no me llevaba mal con el Alcalde, todo el rato era estar pidiendo y tratando que me apoyara con tal o cual vecino u organización. Era un “tiro y afloja”; los concejales no tenemos posibilidad de crear proyectos propios. En todo caso, lo mejor de estos años es el contacto con los vecinos.

Y, ¿qué ha sido lo que no te ha gustado, lo que más te ha molestado?

El concejo de los martes hasta que estaba Sabat; eran como una guerra, gritos, maltratos, de todos lados. Eran dos horas de absoluto sufrimiento.

Las guerras son de a dos –o más-, entonces ¿entre quienes era esta guerra?

Entre el Alcalde y los concejales.

Pero, no creo que eso ocurriera entre los concejales de su sector; en rigor, debe haber sido con los concejales de la Nueva Mayoría, ¿a qué te refieres?

Sí, así era. Le votamos en contra la clínica, un presupuesto. Yo argumentaba porque votaba en contra –sobre todo, en las licitaciones-. Pero, no lo hacía a gritos, no es mi forma; nunca me pareció adecuado gritarle en medio de un concejo que era un dictador. Independiente de las diferencias, todos merecemos respeto.

Pero, ¿era un dictador?

Me parece que 20 años en un mismo cargo genera que uno se transforme en un patrón de fundo. Más encima la ley le da tantas facultades al Alcalde que decide todo lo que pasa en la comuna: si acá se corta o no se corta un árbol, si se pone o no se pone un restaurant, si se pone un edifico o no, si botamos la casa o no. La ley, le da muchas facultades. Incluso, Sabat hablaba de “mi concejo”, “mi municipio”, “mi plata”.

Aparte de ese clima de confrontación que se daba al interior del concejo con el otro Alcalde, ¿qué otra cosa no te gusta o te causa frustración?

Lo que te dije, que todo pasa por el Alcalde. A veces, pienso que no tiene ningún sentido ser concejal. Además, fiscalizamos algo que no es fiscalizable; ya que, para eso está la Contraloría, incluso, hay un Contralor Municipal. Lo que uno puede hacer es denunciar y esperar el resultado que sólo tendría efectos, si se tratase de algo muy ilegal. Además, si uno está en minoría y presenta alguna denuncia o fiscalización, al momento de votarlo en concejo, pierdes también porque no tienes mayoría; todo queda en nada, y eso es muy frustrante.

¿Qué aprendizaje te ha dejado la concejalía?

En primer lugar, ser tolerante. Luego, darme cuenta que las necesidades de la gente son infinitas y que no hay como cubrirlas todas en un 100%. También, aprendí a decir no puedo, uno quisiera decir sí a todos y ayudar a todos, pero no se puede. Conocer cómo funciona una municipalidad desde dentro también ha sido un gran aprendizaje; los departamentos, los funcionarios que muchas veces hay que escuchar.

Pensando en que mencionaste el tema de la tolerancia y ese espíritu de transversalidad en el trabajo ¿cómo seda esa situación al interior del concejo en el sentido de que no se discuten ni aprueban cosas propiamente políticas?

Yo creo que sí. Hay concejales que por el sólo hecho de que el Alcalde es de derecha deciden votar todo en contra sin importar que se vota o lo importante que puede ser para la gente. Sabat, no era mi candidato; pero, no por eso yo le iba a votar todas las cosas en contra durante todo el período. No es racional ni coherente; pero, este concejo se daba.

O sea, ¿tú rompes esa lógica amigo-enemigo?

Absolutamente.

Y eso, ¿ha tenido algunos costos?

Me han tratado de vendida; qué cuánto me pagaron; qué cuánto creció mi cuenta corriente. Me río: no tengo, auto, casa ni cuenta corriente; que me revisen la cuenta RUT y ahí van a  ver cuánto tengo o no tengo. Siempre hay gente que le gusta decir que uno se vendió, que soy inconsecuente. A mí, me eligieron para apoyar el desarrollo de la comuna y si no estaba de acuerdo con el Alcalde votaba en contra,  pero si había un proyecto bueno lo apoyaba; algo simple, pero parece complejo de entender para algunos.

¿Puedes dar un ejemplo?

Claro, el ex alcalde Sabat presentó antes de irse una modificación al plano regulador, en un sector denominado las verónicas que disminuía la altura de los edificios y como no me parece convertir a Ñuñoa en una mole, voté a favor, era un pequeño avance, que al menos daría tranquilidad a los vecinos de ese sector respecto a la depredación inmobiliaria.

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Has usado algunos adjetivos como el de “vendida”, ¿eso uno lo podría entender de los que no son de tu pacto; pero, parece que no es el caso?

Así es.

Entremos a la política, estas distanciada del partido en la comuna, ¿por qué?

Tengo 25 años y estoy empezando mi vida. No voy a gastar mi tiempo en  peleas  que desde que voy al partido son las mismas. Son los mismos grupos los que toman las decisiones y al final no pasa nada. Llevamos 25 años de que volvió la democracia y no avanzamos en nada cuando se trata de mejorar la calidad de vida y disminuir los abusos, eso pasa a nivel nacional.

La gente no vota por partidos, vota por personas; los partidos no han podido encarnar en un proyecto lo que dicen. Los socialistas podemos decir que somos muy democráticos, pero es lo que menos hay.
De hecho, vamos los miembros del comité central a los centrales y no votamos nada, todo se “corta” en la comisión política que está dominada por las tendencias. Lo triste, es que hay militantes haciendo la pega, opinando, generando discusión pero se les excluye, no se reconoce la labor del militante de base.

Con ese diagnóstico, ¿por qué participaste de las internas de abril?

Vengo hace tiempo –hace un año- con mucha desilusión con el partido y de la política. Yo asumí la concejalía con 22 años y el partido nunca me ayudo, ni siquiera para saber cómo entender un presupuesto. Cuando asumí, a la semana estaba votando un presupuesto de 60 mil millones de pesos y nunca había visto uno. Fueron los “profes” de la universidad los que me ayudaron. El partido me dejo sola.

Participe de las internas con la esperanza de hacer cambios; pero, no se puede hacer nada. A veces pienso que he perdió once años de mi vida. No hemos podido mejorar la vida de la gente común de Chile. En la vida real y común, la gente vive muy mal. Y lo peor, siempre pensé que no se podía cambiar porque había mucha gente de derecha en el parlamento; pero, la izquierda y la derecha no quieren cambios, quieren mantener el estatus quo, mantener sus cupos. Como políticos no hemos podido hacer nada.

Siguiendo con la política, ¿cómo viviste la sucesión de Sabat?

Para mí, el cambio ha sido bueno. Tengo buena relación con Zarhi, una relación cercana; supongo, que con todos. Siempre fue un concejal abierto y de consenso, conversa con todos; lo ha sido siempre, incluyendo, el concejo anterior que tenía buena relación con Maya o Guerrero. Zarhi, es querido.

Cuéntame, ¿por qué el PS no logró los dos votos al interior del concejo si tenía dos concejalas?

El primer diagnóstico, es que la Municipalidad no era ni tiene un proyecto Nueva Mayoría. Todo lo que ocurre en el municipio es un proyecto de derecha. Además –en segundo lugar-, no era positivo hacerse cargo de un municipio con déficit; de hecho, ya teníamos un informe trimestral de la Contraloría Municipal que daba cuenta de esa situación. Era un costo muy alto para la Nueva Mayoría hacerse cargo de un municipio que tiene otro signo ideológico y con déficit monetario.

Además, la ley le da a la primera mayoría todas las de ganar; y, si pasábamos a una segunda vuelta tampoco íbamos a ganar. Por otro lado, está el hecho de que con el 123 Ñuñoa estamos intentando tener un candidato único; y, por tanto, si se elegía uno de nosotros era correr con ventaja respecto a otros posibles candidatos.

Esas son tus razones, ¿eran compartidas?

Con la Ale Placencia eran compartidas. En realidad, cuatro estábamos de acuerdo.

O sea, ¿los cinco no estaban de acuerdo?

No había postura única. Pero, la mayoría estaba de acuerdo en no llevar candidato de la Nueva Mayoría al concejo.

¿Cómo vez la próxima elección?

Muy incierta. Esta Zarhi, Guido y el 123 por Ñuñoa que no sabemos si va resultar, pero espero que sí. Si la izquierda va nuevamente dividida, vamos perder. Lo único que quiero es que resulte lo del candidato único.

Y, en ese esquema, ¿cómo ves la opción de Paula Mendoza?

Como te digo, la elección es incierta; yo espero, que ella se sume a la primaria abierta del 123; que, no sea una primaria circunscrita sólo a la Nueva Mayoría; ahí, se verá que pasa.

Alejandra Quevedo, ¿vas llamar a votar por Paula Mendoza –sí, es que finalmente es la candidata-?

Primero, hay que ver que va pasar en el 123. Si es la candidata del 123 y es la candidata única, claro que hay que hacer campaña por ella. Además, yo siendo sincera no me parece eso de “llamar a votar”; la personas no son borregos que sigan a una persona sin pensar, no creo que los votos lleguen y se traspasen. La gente no está para eso. No creo en esa lógica. Ella, tiene que hacer una muy buena campaña y hacer que la gente se convenza sola y quiera votar por ella, tiene que ganarse sus votos.

Y, si mejor se dice “yo la apoyo, yo le doy mi voto”.

Correspondería votar por ella porque es la candidata socialista. Pero, tengo un conflicto interno con el partido –y con la política, por todo lo que hemos conversado-. Voy a decidir y tengo que decidir lo que voy hacer en esa elección. Yo no le puedo decir a la gente lo que tiene que hacer, si ni yo misma sé lo que voy hacer ese día. Para mí, ha llegado el momento de descansar. Sólo, ese día me levantare a votar.

Por Alejandro González LLaguno, Sociólogo

llaguno@nunorktimes.cl

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