Publicado el: Mié 1, Jun, 2016

ENTREVISTA DE LA SEMANA, Helia Molina, “Me Seduce el Tema de la Gestión Local”

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Conversamos con la Doctora Molina, ex ministra de Salud y actual pre-candidata a dirigir el municipio de Ñuñoa. El próximo Domingo 19 de Junio, las primarias de la Nueva Mayoría definirán quien será la candidata al sillón Alcaldicio por el oficialismo. Alejada de las máquinas partidistas de la comuna se ha ido posicionando como una carta competitiva. Con una amplia comprensión de lo que ocurre en la comuna e innovadoras propuesta en materia de salud se levanta como una opción válida y atractiva para los ñuñoinos.

Para empezar me gustaría nos contara qué es lo primero que se le ocurre o viene a la mente cuando piensa o imagina Ñuñoa.

Lo primero, en una versión pequeña de Chile porque la población tiene ciertos perfiles sociales, profesionales, económicos que se asemejan mucho a la diversidad que hay en el país.

¿Electoralmente también?

Ñuñoa en eso es un poco especial. Haber tenido tanto tiempo un Alcalde no traduce lo que comentaba; más bien, es el resultado de un fenómeno particular que no expresa las distintas almas y sensibilidades que la hace muy interesante.

¿Qué otro rasgos identifica?

A vida de barrio, a tranquilidad, serenidad; rasgos, eso sí, que se ha ido perdiendo. También, la irrupción de una cierta bohemia que antes no era y que hoy caracteriza en parte a Ñuñoa. Otra característica es que en la comuna hay muchos profesionales y adultos mayores.

Es común escuchar entre los ñuñoinos, sobre todo, aquéllos que forman parte del activo ciudadano y político de la comuna, que se ha ido perdiendo la vida de barrio. Entonces, en esa clave ¿qué entiende usted por vida de barrio?

Significa que la gente tiene espacios de encuentro natural, como el almacén, la panadería, la calle, las plazas, etc.; donde las personas que normalmente están adentro en sus casas salen al espacio público y se encuentran con otros vecinos. La gente de barrio transita por esos espacios de convivencia en los que muchas veces los vecinos son conocidos por su nombre y hay un reconocimiento. Esta vida en Ñuñoa ha perdurado mucho más que en otras comunas que se han llenado de neo barrios que se construyen como fortalezas que van generando que se vaya perdiendo la vida en común.

Para muchos ñuñoinos esta pérdida se debe en gran parte al boom inmobiliario que ha vivido esta comuna; a su juicio ¿a qué se debe esta pérdida de vida barrio?

Todavía no le echaría la culpa a las inmobiliarias. Si seguimos creciendo de forma inorgánica sin planificación urbana, sin duda, va tener ese efecto; sobre todo, por lo que implica que en los mismos espacios circule mucho más gente. Por ejemplo, en mi calle –corazón de la comuna- hay veces que no se escucha un  auto, se escuchan los perros, las voces de la persona; sin duda, todo eso se va ir perdiendo si no se hace una planificación urbana.

Por otro lado, creo que también hay una cuestión de la sociedad. Los lugares que son como nicho se demoran más en entrar en la dinámica de una sociedad más individualista, más desconfiada y competitiva: cuando la gente sale en la mañana y llega en la noche, ya casi no hay tiempo para hacer vida de barrio.

Ahora, ¿qué la motiva para competir por el sillón Alcaldicio?

No hay una motivación política-partidista. Pero, sí política en el sentido de poder construir y re construir espacios de la vida cotidiana donde la gente sea más feliz y tenga una vida más armoniosa. Eso, no pasa por el edificio o por la calle tranquila; sino, por tener acceso a servicios de calidad y dignos y sentir que el municipio es más que regalar cosas. De hecho, un municipio tiene –o debe tener- como meta o visión desarrollar un proyecto saludable y armónico con espacios de participación para la gente.

Por otro lado, también tengo una motivación personal. Yo he tenido un desarrollo personal y profesional muy diverso. Hace muchos años vengo trabajando a nivel nacional e internacional el concepto de municipio donde la salud sea el producto de un trabajo de todas las políticas, actores y sectores. Me seduce el tema de la gestión local y poder tener una planificación donde la acción y los efectos sean rápidos.

Según lo que dice, se observa un proyecto de comuna, una mirada de construir comuna, que va mucho más allá de la administración un patrimonio municipal.

Exacto. De poder desarrollar espacios locales que sean propicios para el bienestar. No sólo es un tema de ingresos y de calidad de vida; sin duda, es importante, pero no basta con eso.

¿A qué se refiere?

Necesitamos vivir en espacios y sociedades más cohesionadas y solidarias; saber que si nos enfermamos no vamos a estar desamparados. Se trata, de generar desde el gobierno local las mejores condiciones de seguridad, de aseo, de limpieza y de sanidad ambiental no sólo en el ámbito físico, sino también en una perspectiva psico-social.

“MI CERCANÍA CON ÑUÑOA HA SIDO PERMANENTE”

 Ahora, ¿Por qué Ñuñoa es la comuna en que usted quiere implementar esas ideas?, ¿qué vinculación tiene con la comuna?

Actualmente vivo en la comuna. Ñuñoa me representa porque tiene que ver con mi historia de vida. Mi primer hogar fue en la Villa Frei a principios de los setenta, aquí nacieron mis primeros hijos. Después, en el ámbito laboral a principios de los noventa me retiro de la clínica –soy pediatra- y me hago cargo de la Atención Primaria de las comunas Oriente de Santiago, entre ellas Ñuñoa. Aquí, hicimos los primeros diagnósticos participativos que fue una de las primeras formas de reconstruir el tejido social.

En el gobierno de Aylwin se crea en el Ministerio de Salud la unidad de Atención Primaria. Durante la dictadura se municipalizan los consultorios con una visión de gestión bastante adecuada, pero con una visión de atención primaria obsoleta. No sólo se trata en el nivel primario de atención médica, sino también de implementar una estrategia de participación, de inter sectorialidad, de integrar lo biológico, lo psicológico, lo social. En ese tiempo se hicieron muchas cosas; se instalaron los COSAM, se pusieron en marcha diversos programas IRA-ERA, se armaron equipos de trabajo e intervención psico-social. Desde el punto de vista profesional, Ñuñoa fue muy significativa para mí.

Posteriormente, descubrí al otra Ñuñoa: la Ñuñoa social y de barrio. Antes fue la Ñuñoa de cuidar niños y de trabajar. En resumen, he tenido cercanía permanente con Ñuñoa; soy parte de Ñuñoa y mis arraigos con la comuna son fuertes.

¿Cómo se expresan sus ideas, en un programa de gobierno local o en ideas fuerzas?

Es un imperativo ético y técnico tener un periodo de escuchar a los vecinos y percibir desde cada uno no los grandes problemas, que los tenemos claros, sino las cosas que dificultan su vida y la hacen menos grata. En base a esto y en vez de tener un programa, lo que he hecho es un diagnóstico, principalmente, cualitativo –lo cuantitativo lo tenemos- que me permita decir a grandes rasgos que esta es una comuna que tiene problemas de confianza, de salud, de abordaje a la diversidad, de participación. Tenemos un listado de problemas simples que no forman un programa. En base a eso, hicimos las diez rectas para Ñuñoa: salud oportuna, comuna inclusiva, clínica Ñuñoa, estilos saludables de vida, seguridad ciudadana, más educación y cultura, desarrollo urbano.

Son ideas fuerza que dan cuenta de cómo haría el tratamiento para abordar las distintas problemáticas que he identificado. Ahora, soy precandidata; si ganó la primaria voy a poner a la gente a discutir un programa con objetivos, indicadores y un modelo de evaluación. Mi actual vínculo con la gente me va permitir hacer un programa más cercano a las personas.

Todo lo que usted plantea, ¿se puede implementar en cuatro años?

Para el país cuatro años es poco. Para una comuna no es tan poco; porque todo es a escala más local. En todo programa hay cambios estructurales y cambios de proceso debido a que lo estructural funciona bien. Por ejemplo, en lo estructural voy a crear una división para abordar la diversidad, los discapacitados, el tema de la mujer; no hay en la municipalidad un referente que aborde esta política con acciones concretas y evaluables. Por otro lado, hay otros problemas que son más fáciles y que tienen que ver con brechas y déficits en el sentido de que falta tal o cual cosa o que esto o lo otro podría mejorar; por ejemplo, en salud uno puede ser más concreto y definir con claridad que se puede hacer en cuatro años.

“NO ME ESPERABA TANTOS PROBLEMAS EN ÑUÑOA”

Lo estructural tiene que ver con cambios de largo plazo, sobre todo, a nivel cultural o actitudinal. Esto hay que comenzarlo a trabajar porque si uno quiere transformar la comuna en un espacio de vida mejor hay que partir con estos temas e ir consolidando los que ya están más instalados y cerrando las brechas en temas como seguridad pública, salud, salud mental, etc.. He conversado con mucha gente y no me esperaba tantos problemas en Ñuñoa. Si usted lee los números de Ñuñoa y su cuenta anual da la impresión de que estamos en Finlandia. Pero, escuchando a la gente uno se da cuenta que son muchos los problemas.

¿Cómo ha sido su experiencia en este tiempo de campaña?

Siempre he sido cercana a las personas. Soy empática. Siento que tengo casi cero rechazó a pesar de la forma en que salí del Ministerio. Me tiene bien impresionada favorablemente la ausencia de rechazó. La gente me percibe sincera.

¿Es posible proyectar esa sensación positiva al resultado de la primaria?

Si me preguntas cómo me recibe la gente te digo que súper bien; pero, proyectarlo a la primaria no es posible. Lo que más me preocupa no es que no voten por mí; sino, que la gente no vaya a votar a la primaria. Es más, la gente no tiene idea de que hay primarias; el desconocimiento es muy grande.

Siguiendo con el tema del trabajo en terreno, ¿cómo está realizando la campaña considerando que el PPD es un partido muy menor en la comuna sin despliegue territorial y que las máquinas partidarias locales ya están organizando el acarreo?

Yo no tengo experiencia en ese tipo de prácticas. Además, yo le preguntó a la gente por los otros candidatos y en muchas partes me dicen que no los conocen. Yo creo, que ya hay espacios que son de pertenencia de determinadas personas; pero, yo voy a todos lados independiente de que sector político sea. La campaña es en terreno reuniéndome con Juntas de Vecinos, con los vecinos en sus casas, visitando ferias, etc. Hay mucha gente que me reconoce en la calle, es más, muchas de esas personas se acercan y me dicen que les atendí a sus hijos como pediatra.

Usted mencionó que hace ferias, ¿no está un poco obsoleta esa forma de llegar a la gente?

Las ferias no se destacan por captar y fidelizar votos; pero, son útiles para hacer educación cívica en un momento en que la gente no sabe que hay primarias.

También, mencionó que se reunía con vecinos en sus casas.

Todos los días tengo, al menos, una tertulia con grupos de vecinos. Nos juntamos en sus casas o en la mía y conversamos con los vecinos; llevó como 100 reuniones desde que anuncie la candidatura. Yo no quiero vincularme con la gente desde una máquina partidaria; son prácticas que no comparto.

Entrando a los problemas de la comuna, ¿qué impresión tiene de la educación pública de la comuna en el sentido de que para muchos es la joyita a la que todos miraran y aspiran?

Si lo mide por el SIMCE, probablemente sí. No me gustan los ranking entre los colegios; la idea, es compararse con uno mismo porque hay que incentivar a los colegios cuando se superan ellos mismos y no en función de otros. Con los consultorios se vio algo semejante porque cuando llegue a hacerme cargo de la Atención Primaria, en los consultorios se hacían ranking entre ellos y siempre ganaban los mismos. Entonces, terminamos con esa práctica. No son experiencias comparables. En consecuencia, en educación hay que generar incentivos para cada establecimiento o proyecto educativo y que no sea sólo SIMCE o PSU. Educar es mucho más que preparara a los alumnos para una prueba estandarizada.

Se afirma, que los colegios municipales de excelencia lo son porque en ellos se selecciona para que  ingresen los mejores, ¿qué opina de esa situación?

Estoy en contra porque la vida no es así. En la vida uno convive con todo tipo de gente. Hay que buscar la excelencia en la educación. Los países que logran buenos niveles en educación no son los que seleccionan.

Ahora, ¿qué le parece la municipalización de los servicios básicos como educación y salud?

Me gusta la gestión local y la salud municipalizada en un área. Si miró para atrás la salud pública, la municipalización desarticuló la red asistencial; se generó un mundo aparte en los municipios: tienen otro estatuto, otros sistemas y toda la plata es del gobierno; funcionan de modo muy distinto a cómo funcionan los hospitales. Por ejemplo, un doctor que trabaja en un consultorio no puede ir a la reunión clínica de un hospital, si le hospitalizan un paciente no ubica a nadie en el hospital porque es como de otro mundo.

Cuando las redes son integradas, en salud o educación, hay un hilo conductor dentro del sistema. Esto ya no ocurre porque se arma un estanco municipal y se produce una desarticulación. Hasta ahora, el balance de la municipalización en la salud tiene más pro que contras porque la gestión cercana a la gente siempre es mejor; pero, lo que hay que mejorar es ver cómo darle coherencia a las políticas y planes nacionales.

¿Qué evaluación hace de la salud en la comuna?

Hay un problema como en todo Chile que se refiere a que por décadas se organizó un área materno-infantil: el niño, la mamá, el embarazo, el parto, el recién nacido, el programa de leche. Lo hicimos súper bien y hay que seguir manteniendo los logros en esta materia.

Pero, Chile cambio y se llenó muy rápidamente de enfermedades crónicas: cáncer, cardiopatías, hipertensión, problemas vasculares, alzheimer, salud mental. Entonces, la capacidad de adaptación del país, de los equipos de salud y de la Atención Primaria ha sido muy lenta. La consecuencia, es que no hay especialistas suficientes, a los adultos mayores se le sigue tratando como embarazadas o personas jóvenes; no puede ser que estén a las cinco de la mañana pidiendo hora. Hay que cambiar eso de pedir número, de ir temprano en la mañana, que los medicamentos se los den de manera parcializada. Es un tema país que en Ñuñoa se hace más fuerte porque es una de las comunas más envejecidas de Chile.

En consecuencia, hay que hacer un cambio importante en la gestión de los recursos humanos. Que la “viejitas” tengan que hacer cola desde la cinco de la mañana es un tema de gestión y no económico. Eso, hay que cambiarlo. Hay que reformular el sistema de salud primario en base a darle a cada quien lo que necesita. Y si hay que poner plata, es poco.

Y, eso ¿se logra sólo con una mejor gestión local?

Obvio. Hay muchas comunas en que a los “viejitos” no los tienen haciendo colas. Hay que mirar la situación de otra manera.

¿A qué se refiere?

Hay que avanzar a una sociedad más saludable, en que las personas tengan un buen envejecimiento y evitemos a los enfermos postrados precoces que no deberían estar en esa condición. Entonces junto con tratar de mejorar todas las áreas de la atención hay que desarrollar la promoción de la salud que es lo único que ha logrado parar estas enfermedades crónicas.

Para que esto funcione hay que tener aliados estratégicos con la gente, las organizaciones, las instituciones y organismos del Estado. Hay que trabajar con todos los actores. Los Alcaldes deben ser proactivos y usar todos los recursos y las redes disponibles. Hay muchos planes y programas del Estado que no se conocen y el Municipio no aprovecha. El Alcalde tiene que ubicar a la comuna como receptora de todo lo bueno que el país te puede dar. Por ejemplo, en la mayoría de los municipios de Chile hay Unidades de Atención primaria Oftalmológica y Ñuñoa nunca lo ha pedido. Este solo hecho, soluciona problemas de muchas personas y es financiado por el Ministerio. Hay que optimizar todo lo que hay en el país para la comuna.

En este contexto, ¿qué hay que hacer con la clínica?

Sabat fue hablar conmigo. Entiendo su sueño de la clínica. Pero, también entiendo que cuando no se sabe o no se ha trabajado en el sector público no es llegar y hacer un edificio y luego ir al Ministerio y decirle aquí tiene. El Estado no implementa clínicas a gusto de un Alcalde o Diputado. Sabat, dio un salto al vació que ni siquiera su propio gobierno lo apoyo. El Ministro no podía hacer lo que es irracional en salud pública como ir a implementar una clínica a un municipio. Es irresponsable gastarse 15 mil millones de pesos en un edificio sin tener asegurado su funcionamiento. Implementar ese edificio, independientemente lo que tenga, es muy caro e inviable para cualquier municipio. Por otro lado, nada justifica entregar este edifico a privados para negocio. No es ningún beneficio para los ñuñoinos que le descuenten el 30% por cada prestación; eso no dice nada, porque uno se pregunta un 30% de cuánto.

¿Qué haría usted con la clínica?

Sin duda, tiene potencialidades. Tengo cosas interesantes para hacer en esa clínica y que tiene que ver con lo que más necesitan los ñuñoinos en salud: especialistas, odontología, rehabilitación para los adultos mayores, hay muchas cosas para hacer. En ese espacio podría funcionar el corazón de la salud en Ñuñoa sin dejar que los consultorios de Atención Primaria siguieran haciendo su pega. Hay que hacer una alianza estratégica con el Ministerio de Salud porque si es privada o municipal tampoco sirve.

¿Por qué no?

Por ejemplo, si el especialista encuentra que hay que operar ni el privado ni el municipio pueden hacerse cargo del paciente. Se requiere, por tanto, que todo lo que se haga en la clínica tenga un reconocimiento del Ministerio y que si es necesario se haga cargo del paciente. Para esto hay que hacer un convenio o una alianza estratégica. Por otro lado, para tener especialistas de todo tipo hay que hacer alianza con las universidades; ellos, necesitan enseñarles a sus becados o especialistas que están formando. De este modo, nosotros ponemos el local, la universidad paga los doctores y el Ministerio implementa: ahí funciona y es viable. Todos ganan.

Finalmente, ¿qué le gustaría agregar?

Tres aspectos. Primero, darle a la gente la posibilidad de ser ciudadano no sólo para pedir, sino también para ser parte de la toma de decisiones en la comuna. Para ello, hay que fortalecer las organizaciones sociales no para manipularlas políticamente como se suele hacer. El Alcalde es de todos; y esto, no es lo que yo he visto en la comuna. Hay que transparentar en que se gasta la plata. En segundo lugar, hay que visibilizar a la juventud. Es un ámbito de trabajo muy amplio. En ese sentido, hay que hacer un gran centro de la juventud donde los jóvenes puedan crear y no sólo recibir lo que a las autoridades les parece que deben hacer. Y finalmente, hay que medir y evaluar lo que se hace. En Chile, estamos muy acostumbrados a contar lo que hacemos: atendimos 1.000 niños, dimos 5.000 paquetes de alimentos, 10.000 ancianos recibieron una frazada, etc.; esto hay que hacerlo para justificar los gastos. Pero, desde la perspectiva de cómo te va con tu gestión, con tú programa, hay que saber si esto está funcionando. Esto es clave para una mejor sociedad, para una mejor comuna.

Las Recetas Helia Molina

Por Alejandro González LLaguno, Sociólogo

llaguno@nunorktimes.cl

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