Publicado el: Mié 15, Jun, 2016

ENTREVISTA DE LA SEMANA, Alejandra Placencia “No Todo el Mundo ve que esta Comuna es muy Desigual”

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A días de las primarias conversamos con Alejandra Placencia. Está cansada, la campaña ha sido intensa y enriquecedora. El trabajo de terreno y el olfato le dice que la competencia por ganar la primaria está abierta y se va decidir voto a voto. Hay que recuperar la vida de barrio y terminar con la desigualdad existente en la comuna como elementos prioritarios de un nuevo gobierno local.

Pensando en la identidad de Ñuñoa, ¿qué es lo primero que se te viene a la menta cuando piensas en Ñuñoa en una palabra o frase corta?

Diversidad; muy diversa, en barrio, gente, cultura. Ñuñoa es una comuna en busca de su identidad o en busca de recuperar su identidad porque años atrás esta comuna tenía una identidad muy marcada y que se ha ido desdibujando en los últimos 15 años o más. De hecho, recuperar la vida de barrio es una de las principales demandas que surgen desde las conversaciones con la gente.

¿Qué otro elemento define su identidad?

En Ñuñoa hay un perfil cultural importante; acá, viven muchos músicos, artistas, intelectuales, profesionales. La gente echa de menos que esto se exprese al interior de la comuna, que se visibilice esa cultura; eso, es algo que es parte de recuperar esa identidad que te mencionaba. La desigualdad es otro elemento que identifica a la comuna. No todo el mundo ve que esta es una comuna muy desigual.

¿A qué te refieres con vida de barrio?

Es la posibilidad de encontrarse en el espacio público con los vecinos; es la posibilidad de hacer comunidad, de conocerse, de compartir. El uso de los espacios públicos en ese sentido es importante; pero, un espacio para todos los habitantes de la comuna y no ver como se concentra una alta densidad poblacional en espacios pequeños y ver como colapsa todo: barrios, calles, alcantarillados. Por eso, la vida de barrio exige que todos los habitantes puedan acceder a ella y que a partir de este encuentro todos puedan tener su lugar.

En Ñuñoa, por tanto, ¿esa vida de barrio se perdió y es algo que hay que rescatar?

Se perdió. En parte por las inmobiliarias, es uno de los factores observables. Pero, las razones son otras. Por ejemplo, una política comunal que nunca les ha preguntado a sus vecinos que quieren de su comuna, de sus barrios; por eso, la municipalidad toma la decisión de presentar un plan regulador con las características que tenemos y un concejo municipal que no vio las consecuencias de la desregulación inmobiliaria. Tiene que ver con una política comunal que no considera la participación de los vecinos de forma vinculante; no se otorga a las Juntas de Vecinos el rol de intermediarios entre la comunidad y el municipio.

“EN ÑUÑOA HAY QUE CONSTRUIR VIVIENDAS SOCIALES”

¿Cómo se recupera la vida de barrio?

Con un municipio que retome la participación ciudadana y que tenga conocimiento de las demandas, necesidades y propuestas de la diversidad que existe en la comunidad. Por ejemplo, en el sector sur de la comuna hay que densificar y construir viviendas sociales. La comuna y el municipio no abordan este punto. El departamento de vivienda que existe lo que menos hace es buscar soluciones a los comités de allegados del sector sur. Hay que tener un municipio que vea el conjunto de la comuna, que este acá y sea capaz hacerse cargo de las necesidades de la diversidad.

¿Por qué Alejandra Placencia quiere ser Alcaldesa?

Desde que soy dirigente social me he dado cuenta que hay mucho que hacer en esta comuna. Tengo claro que no soy la única capaz de hacerlo. Pero, me he involucrado bastante con la comunidad atendiendo que muchas necesidades se pueden abordar organizadamente. Me interesa fortalecer la organización social; es una de las cosas que más me motivan. Pero, por otro lado, me he dado cuenta que los municipios tiene muchísimas posibilidades que le otorga le ley para hacerse cargo de las necesidades. Entonces, ese compromiso social que surge desde la organización es el que principalmente me motiva.

Si no ganas las primarias, ¿competirás por seguir en el concejo?

No es una decisión personal; pero, creo que sí. Es una decisión colectiva que hay que tomar en su momento.

¿Cómo evalúas tú experiencia de la concejalía?

Un bonito aprendizaje; muy intenso.

¿Qué se aprende?

Para empezar como funciona un municipio administrativamente. También uno aprende a trabajar con mayor amplitud y diversidad de gente. A trabajar en proyectos distintos a darse cuenta que todos pueden colaborar con una mirada y que nadie sobra. Un proyecto comunal no depende de una sola persona; depende, de que seamos capaces de incorporar la diversidad a la toma de decisiones. Que todos puedan aportar es uno de los mayores aprendizajes que he tenido.

Pero, hay que decir que como concejala me he encontrado con una muralla; en el sentido, de que no tenemos atribuciones para hacer gestión, si para proponer, orientar, apoyar. Por eso, la característica que le hemos dado a la concejalía que encabezó tiene el sello de la participación. Hay que trabajar con las organizaciones y en las organizaciones.

¿Cómo se vincula lo que mencionas de tener una mirada más diversa, amplia e incluyente con el hecho de que la política es más bien excluyente?

Lamentablemente, no hay apertura. Soy profesora y los temas que más conozco son los temas de educación y salud vinculados a las respectivas Corporaciones. Eso, no quiere decir que yo me voy a trabajar sólo en ellos. Tengo que ser capaz mirar que hay una diversidad de temas que son parte de la comunidad. Mi responsabilidad es abrirme, involucrarme y escuchar las necesidades y proyectos. Hay concejales que no hacen esa tarea y mantienen una relación formal con la comunidad. Para mí, el rol de concejal tiene que ver con vincularse con la comunidad.

¿Qué harías para potenciar el rol de un concejal?

El concejo debería tener más contrapeso con el Alcalde. Hay cosas que no pasan por el concejo municipal; y si, deberían pasar y obligar a pronunciarse. Por ejemplo, muchos proyectos no pasan por el concejo como la Botika.

¿De qué se trata?

Fue una idea de nosotros; la llevé al Concejo y la apoyaron. Pero, la decisión no pasa por el Concejo; es una decisión alcaldicia.

¿Cómo ha funcionado ese proyecto?

No del modo en que fue concebida. No están llegando los medicamentos y no se está atendiendo a la comunidad como debiera. He planteado que hay que asociarse; hoy, se ha formado la Asociación Chilena de Municipios con farmacias populares para mejorar el poder de compra no sólo para adquirir remedios más baratos, sino también para comprar en el extranjero. Hay remedios básicos que no tenemos porque los laboratorios no le están vendiendo a las municipalidades. Pero, la actual gestión opta por la autonomía y se queda sin poder comprar de modo más ventajoso. Una buena iniciativa la están llevando al fracaso.

A tú juicio, ¿cuáles son los tres principales problemas de Ñuñoa?

Un tema que cruza transversalmente todas las problemáticas es que los vecinos no tienen espacios de participación vinculante. Si esto ocurriera, tendríamos una comuna distinta.

Un segundo aspecto, es la desigualdad social que existe en la comuna entre el norte y el sur. Las poblaciones están hoy absolutamente abandonadas por el municipio: veredas, áreas verdes, seguridad, iluminación, faltan escuelas, jardines infantiles. A estos lugares no llega el municipio. Los reclamos de los vecinos del sector sur no son considerados como ocurre en otros puntos de la comuna.

Un tercer elemento, es la defensa de la vida de barrio y el patrimonio. El municipio no ha hecho nada para proteger las zonas típicas; no hay zonas de protección para las zonas típicas que es lo ideal para no ser sobrepasadas por las construcciones en altura. La zona uno de la Villa Frei es levantada por los vecinos; lo mismo que Empart, la Escuela de Caballería, Suarez Mujica: ¿dónde está el municipio?

 “EL MUNICIPIO DEBE CEDER PODER A LA CIDADANÍA”

¿Cómo se resuelven estos problemas?

Con un Municipio que esté dispuesto ceder poder a la ciudadanía.

En el mundo de la política, ¿quién cede poder?

Hay municipios que son más democráticos que otros. En Recoleta hay cuerpos colegidos en las escuelas que  tienen poder de decisión en sus comunidades. Si se puede ceder poder, sin verlo como una amenaza.

¿Qué opinas y que se debe hacer con el tema clínica? Pero, la pregunta tiene que ver con que hay una cuestión ideológica de base que dice no a la concesión por tratarse de que la salud en un derecho y no un bien de consumo con lo que se deba lucrar.

La necesidad de salud es innegable: mejor infraestructura, mayor cobertura. La clínica tiene que estar al servicio de la comunidad de Ñuñoa; más aún, si ha sido financiada con plata municipal. No corresponde por principios que el Estado, en este caso, a través del municipio invierta para entregarle a los privados una tremenda infraestructura para su negocio sin que los habitantes de la comuna se beneficien de los servicios que se pudiesen prestar. No me gusta es modelo; menos en salud.

Ahora, lo otro, es la mala de la propuesta que tuvimos que votar. Como es posible que te ofrezcan 100 urgencias por mes o que te rebajen un 30% el valor de un arancel. El oferente era malo.

Insisto, en el debate ideológico que hay de fondo; entonces, si llega una propuesta buena para los vecinos o muy buena, ¿aprobarías el modelo de concesión?

Mi opinión no cambia desde el punto de vista de que ese edifico debiera ser de administración pública. Hay que explorar la posibilidad de financiamiento mixto entre el Estado –Ministerio de Salud- y el municipio. Aquí, también por una cuestión ideológica la única opción que se exploró fue la licitación a un privado. Ahora, si me dices que es una cuestión ideológica, te digo que sí; porque lo primero que hay que discutir es si consideramos que la salud es un derecho social o no. Por tanto, yo no voy a propiciar como concejala ni como máxima autoridad nacional un negocio con fondos públicos. Hay que explorar otras posibilidades.

Pero, una cosa es estar en contra de la licitación como modelo de negocio y otra es estar en contra de esta licitación en particular que era definitivamente mala.

Sí. Yo estoy en contra de la licitación como modelo. De hecho, con una mejor oferta es probable que la licitación se hubiese aprobado; pero, no con mi voto. Todavía hay alternativas para explorar. Los fondos públicos deben servir para el desarrollo de la comunidad.

La pérgola también está involucrada en un tema de licitación.

Te fijas como toda la lógica es la misma: licitar, externalizar, privatizar.

Ahora, ¿qué opinas del plan regular y lo que ha ocurrido en estos últimos meses?

Tengo una opinión favorable sobre la modificación porque se está considerando la voz de los vecinos. Pero, tengo mi crítica porque se está haciendo de manera muy parcelada y no con una visión de conjunto. Es decir, hoy estamos en una discusión permanente por la modificación del Plan Regulador en los diferentes barrios con las mesas participativas que se están demorando meses en llegar a propuestas cuando los vecinos tienen claro lo que quieren hace mucho tiempo. Por tanto, no es necesario extender estas mesas para empezar una modificación al PRC. El problema, es que mientras se da esta discusión, las inmobiliarias se apuran en sus proyectos y en presentar sus permisos de edificación. Los vecinos no pueden acortar los plazos porque es voluntad del Alcalde: no da lo mismo quien sea Alcalde. Las inmobiliarias pueden tener copado todo el territorio antes de terminar estas mesas participativas.

¿Cómo ha sido tú campaña?

Intensa y muy buena. Tenemos mucha participación de gente independiente y de todos los barrios de la comuna. La gente nos ha abierto las puertas de su casa para conversar con los vecinos. Con todos esos encuentros uno va retroalimentando de manera permanente un programa. Nuestra candidatura quiere expresar la diversidad de la comuna. Ha sido una campaña muy enriquecedora en la que el aprendizaje es permanente.

¿Cuáles son las ideas ejes?

En todos los ámbitos hay ideas: participación vinculante, educación, salud. Hemos recogido propuestas de todos los sectores: de las Juntas de Vecinos, de los trabajadores de la salud, de la educación, de los independientes. El sello de la campaña ha sido la participación y la organización de los diferentes ámbitos del quehacer comunal. Hemos escuchado a la gente de la comuna y la hemos plasmado en una propuesta de gobierno local.

Ahora, ¿cómo se construye un proyecto de gobierno local pensando en un tipo de comuna a construir que es distinta, muy distinta, a lo que hemos visto por más de dos décadas? Te lo pregunto, pensando en que se trata de un proyecto de la Nueva Mayoría local que también es una experiencia nueva y que no está exenta de problemas y desconfianzas. A mi entender no se trata de hacer un resumen de cada propuesta y plasmarlas en un programa de gobierno local. No olvides, que también en la municipalidad hay reparto del botín.

Es importante para construir ese proyecto involucrar a todos aquéllos que han estado en las luchas sociales de la comuna; lo que no puede pasar, es que quien gane, crea que tiene el poder pleno para tomar decisiones al margen del conglomerado. Hay que asumir que esto tiene que ser una construcción colectiva con quienes hemos estado participando en las demandas y luchas sociales en la comuna; me refiero a personas, partidos, organizaciones sociales y vecinales, movimientos.

Entonces, ¿hay una conversación pendiente en torno a cómo construir gobierno local?

Por supuesto. Soy optimista; pero, no ingenua. Para tener gobernabilidad tenemos que estar todos integrados.

En esa negociaciones y/o conversaciones en torno al futuro y posible gobierno local, ¿qué rol juega el cuoteo, es decir, el reparto del municipio y sus espacios de poder?

Es legítimo y necesario que existan movimientos en el municipio en los cargos estratégicos. Hay que poner visiones políticas y técnicas; no es fácil encontrar gente con esas características que al mismo tiempo tenga visión política y conocimiento técnico del Estado o del municipio. Es natural que los partidos hagan sus aportes al objetivo político.

A mi entender el asunto es relevante, porque no sólo se trata de gobierno local, sino también de construir un proyecto de comuna, ¿cómo ves el asunto?

No veo como algo negativo que los partidos propongan sus mejores cuadros para aportar al proyecto comunal. La idea es que los partidos, las organizaciones y los movimientos se pongan a disposición del proyecto político y del tipo de comuna que queremos construir. Pero, la repartija política a secas hay que erradicarla.

Por Alejandro González LLaguno, Sociólogo

llaguno@nunorktimes.cl

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