Publicado el: Jue 14, Jul, 2016

¿Sabat, Zarhi o los Dos?

file_20160530163514

Estamos a días de que se resuelva el último nudo político de Ñuñoa para dar certidumbre a la coyuntura municipal. Pero, como esto es política y los tiempos y los sucesos suceden de modo vertiginoso todo puede ocurrir mientras no se cierre el plazo legal para inscribir candidaturas.

“Chile Vamos”, para Ñuñoa ha definido dos ideas centrales: que sólo habrá un candidato y que ese nombre se define en encuestas entre Sabat y Zarhi. En consecuencia, el Concejal Benavides ha dado un paso al costado y renuncia a su opción por la alcaldía en favor de Pedro Sabat.

Elegir por encuestas un candidato es el peor método: Sin entrar en las deficiencias metodológicas que no es el momento de analizar, es un escenario de muy poca transparencia: siempre quedaran dudas; sobre todo, si es una encuesta telefónica: ¿por qué no fueron a primarias?

Zarhi, decía que no iba a primaria y que llegaba a Octubre. Exacto, no fue a primarias y no quiso competir. Pero, ahora hay dudas de que llegue a la municipal. Todo puede ocurrir. Si gana en las encuestas, será el candidato único del sector. Al contrario, si pierde será Sabat el candidato.

Sin embargo, esto no resuelve de manera definitiva que Zarhi no compita por la alcaldía en octubre e insista en lo que ha dicho insistentemente: “llego a octubre”. No sabemos, que se ha tratado en las negociaciones y que compromisos y acuerdos se han tomado. Es más, a estas alturas nada se puede creer: todos mienten; todos han mentido; todos conspiran. Lo único claro, es que la gente del actual alcalde está juntando firmas para una potencial candidatura como independiente. Del mismo modo, no podemos olvidar que esta actividad la han venido comunicando –y, eventualmente realizando- hace muchos meses: ¿todavía están en eso; no han hecho nada?; ¿piensan resolverlo a última hora?; es más, ¿es cierto que están juntando firmas?; y, si así fuese, ¿para qué lo hacen, si ya está zanjado el mecanismo y hay acuerdo en torno al ganador?

¿Hay certeza de que si pierde Zarhi en esta encuesta, se baja definitivamente de la opción alcaldicia?

La derecha, Renovación Nacional, y sobre todo, el sabatismo no van a soltar fácilmente esta comuna. Lo dijimos hace meses. Para ello, la opción de la doctora Molina es una amenaza real; sobre todo, si van a dos bandas.

Como Zarhi ha estado firme en su postura de “llegar a octubre” el sector ha optado por una figura fuerte y probada: Pedro Sabat. Pero, surgen preguntas: ¿qué motiva al ex alcalde para volver a competir en Ñuñoa?; ¿por qué quiere volver a ser Alcalde?; ¿no habían acaso otras ofertas electorales?

Es cosa de tiempo el desenlace de este conflicto. Esta es, finalmente, la pregunta relevante: ¿Cuál es el ADN de este conflicto?; ¿qué lo explica?

Hay cuestiones personales y de estilo, sin duda. Hay cuentas pendientes, sin duda. Pero, también se observa tenuemente la tensión entre dos derechas: la histórica y conservadora liderada por “los Sabat” para los que Ñuñoa es un “feudo” y la “derecha social” liderada por Zarhi y el Concejal Caro. La fuerza es desigual.

Este largo conflicto del sector va dejar heridos y muchas bajas; que, se van a manifestar en las municipales de octubre aunque el sector compita de modo unitario o “aparentemente unitario”. Lo relevante, es que este conflicto no sólo compete a los liderazgos locales del sector, sino también el electorado esta fracturado: los sabatistas y los zarhistas. Este último hecho, va definir la suerte del sector.

La unidad, no la va definir una encuesta; la unidad, la va definir la capacidad del candidato de incluir y hacer olvidar esta noche oscura para la derecha ñuñoina. La unidad no la definen encuestas. La unidad es una emoción; un compromiso; una lealtad. Esto, por tanto, es complejo de resolver por decreto.

Pero, este hecho no es el único problema. Si se impone la opción Sabat se verá enfrentado no sólo a recuperar los 20.000 votos perdidos en la última elección –lo que es difícil con un padrón envejecido en una comuna envejecida-, sino también a re articular sus equipos territoriales que también muestran fracturas que ya se manifestaron en la elección pasada. Al contrario, si se impone Zarhi también se verá enfrentado a la misma disyuntiva: recuperar los 20.000 votos que perdió el sector y armar equipos electorales y territoriales. A su lado, tiene un experto.

Dicen, por ahí, que lo que empieza mal, termina mal. Cuando la política se contamina de surrealismo, todo es posible. El terreno es incierto para todos. ¿Y si vuelve Benavides a competir con Zarhi en octubre?

Por Alejandro González LLaguno, Sociólogo

llaguno@nunorktimes.cl

Show Buttons
Hide Buttons