Publicado el: Lun 8, May, 2017

Concejala Alejandra Placencia y Rechazo a Izamiento de Bandera LGBT «El Respeto a la Diversidad es un Valor que se debe Promover»

Como cada año, este 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, conmemoración de la que diversos edificios públicos han comenzado a hacerse parte izando en este día la bandera del arcoíris, tradicionalmente asociada a la diversidad sexual. Quizás el hito más significativo se dio el año pasado, cuando el Palacio de La Moneda se iluminó con estos colores como una forma de visibilizar esta fecha, y su propósito de combatir la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género.

En este contexto, la concejala de Ñuñoa Alejandra Placencia (PC) solicitó al Alcalde Andrés Zarhi que para este año el edificio Consistorial de la comuna ize la bandera de la comunidad LGBT. Si bien la respuesta del edil continúa pendiente, desde la plana funcionaria aparecieron señales preocupantes que amenazan que prospere esta iniciativa en la comuna.

Esto porque, a raíz de la consulta legal del alcalde, desde la Dirección Jurídica del municipio se emitió un oficio que, sin considerar ilegal esta iniciativa, la rechaza considerando que “el emblema del Movimiento Integración y Liberación Homosexual [sic.] no podría ser expuesto (…) ya que éste no refleja el sentir general de la comunidad”, considerando que el municipio “no podría tomar una decisión que satisfaga a una minoría soslayando el pensar del resto de los vecinos”.

Frente a esta opinión de la asesoría jurídica, la concejala Placencia se manifestó preocupada por la falta de entendimiento que se manifiesta en el texto, y las suposiciones erradas que conducen a errores de interpretación.

En primer lugar, el documento asocia la bandera del movimiento LGBT directamente con el MOVILH, cuando en realidad, esta bandera fue creada a fines de la década de los ’70 por el activista gay Gilbert Baker, y es hoy reconocida internacionalmente como símbolo de la diversidad sexual. Por tanto no es patrimonio de una organización en particular, sino de todas y todos quienes se sientan representados por ella.

Pero más importante, señaló la concejala, es que “el texto interpreta que este gesto simbólico sólo corresponde al interés de una minoría, lo que constituye una visión desde el prejuicio. El respeto a la diversidad es un valor que se debe promover y no va en desmedro de ningún vecino”.

Por otra parte, “es responsabilidad de las instituciones públicas promover el respeto a los derechos de todas las personas, independiente de si son una mayoría o no. Ejemplo de esto son grupos vulnerables tales como niños, indígenas, migrantes, personas en situación de discapacidad, etc. Todos estos grupos no son mayorías, pero por lo mismo, es necesario que las autoridades desarrollen políticas de promoción de sus derechos, y el acto de izar la bandera es un gesto que aporta en esa línea”, concluyó.

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