Publicado el: Mar 8, Dic, 2020

Chahin: “no le tememos a la competencia democrática”

Hace unas semanas la centro-izquierda de Ñuñoa y la sociedad local organizada pensaban y operaban para las primarias que debían realizarse en diciembre y de ese modo elegir una candidatura unitaria al municipio controlado por la derecha desde 1996. Pero, esta ilusión de soberanía local llegó a su fin cuando se decide que el pacto unidad constituyente no realizaría primarias en la comuna; y por tanto, definiría su candidato de modo cupular.

Las prácticas políticas de los últimos 30 años,  las necesidades políticas que  toda negociación por una plantilla unitaria impone, la debilidad política de las fuerzas locales más obedientes que rebeldes (¿hasta hoy?) y el perfil del electorado local son algunas variables que explican la muerte de un deseo.  De este modo, las cuatro cartas en disputa de Revolución Democrática a la DC se quedan sin nada: Paula Mendoza (PS), Emilia Ríos (RD), Patricia Hidalgo (PPD) y Alejandro Jiménez (DC).

La pregunta que surge es evidente: ¿por qué?

La respuesta es política y no sólo debe buscarse en las variables anteriores, sino también en cálculos políticos de última hora que surgen a partir de los resultados de la elección de gobernadores. En esa dirección, no podemos dejar de mencionar el hecho de que el presidente de la DC no sólo está “muy contento de que unidad constituyente haya sido el pacto más votado por lejos”, sino también quedó muy entusiasmado con el triunfo de Orrego para gobernador regional y con el sillón municipal de Ñuñoa.

Las cifras de la elección de gobernadores precipito los hechos para que Ñuñoa se quedara sin primarias ni legales ni ciudadanas y que se acordara y decidiera desde el nivel central que el candidato del pacto unidad constituyente sería un demócrata-cristiano: nada menos que su presidente nacional, Fuad Chahin. No deja de ser interesante observar que a fines de septiembre el propio Chahin afirmaba que “no le temen a la competencia democrática” y que el PDC declaraba que reiteraba el compromiso de que “todos sus candidatos sean capaces de competir en primarias”. ¿Qué sucedió?

Si por un lado, con esto gana (aparentemente) la DC; por otro, los grandes perdedores son el PS, la sociedad civil local y los vientos de transformación que recorren Chile. Nuevamente, el PS es el gran derrotado (sin competir) de las primarias de gobernadores: sigue perdiendo votación, Helia Molina los vuelve a doblegar y la DC les gana después de muchas batallas. Veamos las cifras.

El pacto del progresismo local obtuvo 4.371 votos, equivalentes al  60% de los votos emitidos y al 63% de los votos válidos. La otra lista, la del Frente Amplio, logra el 40% y el 37% de los votos emitidos y válidos respectivamente. Si bien, no se trata de una competencia entre listas, el resultado es de todos modos una victoria frente a una fuerza política que se ha ido debilitando y con la cual se compite por electorados “similares”. En un primer análisis podemos instalar la idea, como hecho político, de que la centro-izquierda local logra movilizar más ciudadanos que el Frente Amplio. Pero, no deja de ser interesante el dato que muestra que ambos pactos lograron sólo movilizar el 3,8% del padrón electoral comunal; es decir, de cada 100 electores la institucionalidad política local sólo logra movilizar 4 ciudadanos. Muy poco, muy pobre. Pareciera que la gente y la ciudadanía responden cuando se trata romper las inercias de la institucionalidad y sus formas culturales. 

El escenario cambia cuando analizamos los datos por candidatos y pactos. El ganador fue el Demócrata Cristiano Claudio Orrego con dos mil votos equivalentes al 46% de los votos del pacto y al 29% de los votos emitidos en la comuna. Sin duda, un buen triunfo para una alicaída DC que parece despertar de un largo sueño de derrotas y ausencias.

La doctora Molina vuelve a ganarle al PS en ñuñoa. El hecho de que se trate de una figura nacional y ex ministra de Bachelet condiciona de modo significativo el hecho de que el PPD le pueda ganar una elección al PS en la comuna. La votación de la PPD Helia Molina llega al 39% equivalente a 1.705 votos. En último lugar, llega el PS Álvaro Erazo con una número simbólico, 666 votos. Peor aún; la votación del PS es inferior a lo que obtienen las 3 opciones del Frente Amplio: Sebastián Depolo de Revolución Democrática con 1004 votos, Karina Oliva de Comunes con 879 votos y María José Cumplido del Partido Liberal con 879 votos. Sin verso: el PS queda último.

El resultado electoral, sin duda, es la continuación de un proceso de descomposición que forma parte del cuadro de crisis integral que sacude a la sociedad chilena y que en términos generales es el producto del desfase estructural entre sociedad y política, entre sociedad e institucionalidad neoliberal. Como el PS forma parte (al menos “por arriba”) de lo que se derrumba se ve afectado por una significativa pérdida de base electoral. Por lo demás, es una baja que ya se observa en las elecciones pasadas. Las alarmas se encienden (supongo), sobre todo, considerando que se trata de un partido que a  nivel local tiene vida propia, que tiene sede, que controla Juntas de Vecinos, que  tiene presencia en el tejido social , que tiene representantes en el parlamento y en el concejo comunal y que además moviliza recursos. Quizás, los nuevos tiempos demanden formas distintas de hacer política y de hacer link con el mundo social y ciudadano. El problema político para el PS local no es que sólo ha ido perdiendo posicionamiento electoral en al comuna, sino también que lo dejan por secretaria sin la opción de competir por el sillón municipal.

En este escenario (a lo que se suma el debilitamiento del Frente Amplio) se abre el apetito de una DC que se infla con el triunfo de Orrego y que reclama para sí el cupo de Ñuñoa y de ese modo recuperar el protagonismo de los noventa. El elegido para encabezar esa recuperación es nada menos que el presidente nacional del PDC, Fuad Chahin. Suponemos, que la DC tiene claro que este es el único modo que tiene para aspirar al sillón municipal. De hecho, no tiene ninguna posibilidad de ganar una primaria frente a la izquierda local. Suponemos, que tampoco quiere entregarle al Frente Amplio (léase RD) la representación de la oposición para competir con Zarhi o Benavides.  Suponemos, que la DC cree que puede ganar el municipio de Ñuñoa. ¿Qué dice la DC local?

A pesar de que se “dice” que había un acuerdo entre el Frente Amplio y Unidad Constituyente para las primarias de Ñuñoa (lo que genera disonancia cognitiva), no es fácil para la DC (luego de un buen resultado electoral) entregarle la representación de la oposición al Frente Amplio, considerando que perfectamente este conglomerado podría ganar la primaria unitaria y ciudadana. En ese cuadro, el escenario cambia.

Un PS debilitado, con pocas posibilidades de ganar la alcaldía, un Frente Amplio con la posibilidad de ganar una primaria y perder la alcaldía y una DC local acostumbrada a perder hace años en la comuna, son las condiciones políticas que hacen posible que se negocie al puro estilo de la cultura binominal el dejar sin primarias a Ñuñoa y se imponga una figura nacional para competir por el sillón municipal y con ello vulnerar nuevamente la soberanía local. ¿Qué dice la DC local?

No obstante, los ñuñoinos se resisten a esta imposición y la presión de los nuevos tiempos podrían hacer revertir la decisión cupular; sobre todo, considerando que para la oposición ganar el gobierno local no es tarea fácil. Los números no dan. Los votos no alcanzan. Quizás, no alcanzaban hasta hoy.

La mesa comunal del PS, la coordinadora de organizaciones sociales de Ñuñoa y los partidos locales siguen luchando por hacer primarias ciudadanas. No se han conformado con las decisiones cupulares y están decididos a recuperar la soberanía local y realizar de todos modos primarías. De hecho, Heraldo Muñoz ya ha tomado nota y ha mencionado que el asunto no está resuelto. Hay tiempo para revertir la decisión y elegir una candidatura unitaria surgida desde el territorio. Sin embargo, no hay que olvidar que la inscripción oficial y legal de una candidatura la debe hacer la directiva nacional del partido. Ello, obliga a una negociación nacional-local que legitime el proceso para ambas partes. Son las reglas del juego de un Estado centralizado y nacionalizado lo que impide operar de forma diferente.

 Lo que hace el PPD, finalmente, es mediar entre el conflicto real: PS-DC. Hay zonas oscuras que nublan la comprensión de lo sucedido. Una negociación nunca mira sólo una comuna. Quizás, podríamos poner la atención en otro territorio y entender  ¿por qué se bajaron unas primarias comprometidas?

La pregunta sigue instalada, ¿qué está en juego en esta decisión cupular?

GONZÁLEZ LLAGUNO

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