Cine Alemán; Don’t Come Knocking
Howard Spence no puede más. La envejecida estrella del western abandona a escondidas el lugar de rodaje, en Utah, y huye a casa de su madre, a Nevada.
Ella le cuenta que él quizá tiene un hijo en Montana; Howard emprende la búsqueda, encuentra en Butte a su hijo, a la madre de éste y, además, a una hija.
Los encuentros con los potenciales miembros de la familia se suceden a pleno conflicto, hasta que un agente de seguros de la productora encuentra al actor y lo lleva de regreso al lugar de rodaje. A primera vista, “Don’t Come Knocking” impresiona también por las maravillosas tomas de paisajes, como en la moribunda ciudad de Butte; parecen casi citas de cuadros de Edward Hopper y siempre funcionan, al menos de modo subliminal, también como paisajes de almas.
Hacía muchos años que Wenders quería rodar en Butte, la ciudad en que Dashiell Hammett encontró un día el modelo para su primera novela (“Cosecha roja”).
Tal vez para él simplemente sea aún demasiado pronto para encontrar la paz, o como Ulises, prototipo de los protagonistas de Wenders, para llegar por fin a casa. Se ha alejado y alienado demasiado. “Perderse está en el fondo del destino de Howard“, dice Wenders, cuyo héroe, al fin y al cabo, tiene aquí la suerte de encontrar a dos mujeres fuertes: Doreen, la madre de su hijo, y su hija Sky.
Miércoles, 19 octubre, 2016 20:00 horas. Entrada liberada, Sala Verde, Casa de la Cultura, Av. Irarrázaval Nº 4055.
Fuente, ccn.cl