Municipales y Cabildos Constitucionales en Ñuñoa, por Alejandro González LLaguno

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Las municipales llegaron para quedarse. En rigor, nunca se fueron. Se trata, de una competencia electoral a nivel local-municipal en la que no sólo hay que elegir autoridades políticas –alcaldes y concejales- sino  también se produce un particular vínculo entre política y sociedad. Las campañas son, de algún modo, la intermediación que ocurre entre los ciudadanos –potenciales electores- y los políticos, los candidatos o los partidos en una coyuntura electoral específica; en este caso, las municipales de octubre del próximo año. La coyuntura electoral ya está abierta.

No sólo se posicionan los candidatos, sino también los temas y las problemáticas que se instalan en el debate público y ciudadano local. Hay tema locales y nacionales que en toda campaña de cruzan.

Tres, son los temas nacionales que siempre están presentes en una campaña: la correlación nacional y local de fuerza electoral –quien tiene más votos y sus efectos-, evaluación gobierno de turno –se aprueba o rechaza- y los posicionamientos presidenciales –quién tiene altas probabilidades de ganar la próxima presidencial.

Sin embargo, en esta coyuntura municipal –aunque este fuertemente orientada a lo local- hay otros dos hechos que de una u otra manera tendrán impacto en esta elección: la fragmentación del campo de fuerzas –con cifra repartidora a la baja- y el proceso constituyente.

La elección anterior ya mostró una fragmentación del campo político-electoral en distintas fuerzas en concejales y alcaldes. En esta elección va seguir en aumento del campo de fuerzas en competencia. El centro liberal –con Amplitud, Ciudadanos de Velasco y Red Liberal-, Evopoli, Revolución Democrática y otros van irrumpir con mucha fuerza en esta elección. Explosión de candidatos, de partidos, grupos, colectivos y ciudadanos.

Los votos emitidos en el 2008 fueron 78.000 y los válidos 72.000. El promedio en todas las elecciones anteriores entre el ’92 y el 2008 es de 105.000 votos emitidos. La tendencia a la baja es sostenida desde 1992 cuando se emitieron 133.000 votos. Es decir, en 20 años han dejado de ir a las urnas 61.000 electores de Ñuñoa.

Hoy, no hay ningún motivo para pensar –y afirmar- que la cifra de los que van a ir a  votar en la próxima elección va ser superior a 78.000 electores. Al contrario, hay grandes temores en torno a lo puede ocurrir. Lo relevante, en consecuencia, menos votos para más candidatos.

Un segundo tema nacional, el proceso constituyente. Surge la pregunta: ¿cómo y qué impactos tendrán los “cabildos ciudadanos” en la campaña electoral en la comuna entre marzo y octubre del 2016?

Es un tema que divide no sólo a los distintos actores y fuerzas políticas, sino también hay distintas visiones sobre este proceso al interior de cada partido o pacto. Es más, hay unos que quieren y van a participar y otros que no quieren participar. Alguien, ¿puede creer que en un cabildo en Ñuñoa para discutir los temas para la nueva constitución se van a encontrar un gremialista con un igualitario?; ¿qué puede salir de ahí como consenso para plasmarlo potencialmente en una nueva constitución?; es más, ¿qué legitimidad tendrá cada uno de esos cabildos?; ¿qué relevancia le van asignar los candidatos y partidos a ese proceso en plena campaña electoral?

En fin, un importante número de problemas e interrogantes plantea la realización de cabildos constituyentes en plena coyuntura electoral local. Agregamos, ¿qué impacto tiene una derrota electoral –o, simplemente, un mal resultado- del gobierno sobre el proceso constituyente?; ¿quién va participar de esos cabildos?; ¿alguien duda, que serán los partidos y los ciudadanos más activos de la comuna, los que, finalmente, van a darle vida a esos cabildos?; ¿qué rol tendrán los candidatos a Alcalde en esos cabildos?; ¿en qué grado se van a involucrar los candidatos?; ¿qué impacto positivo o negativa que va tener sobre el resultado de un postulante estar o no estar a favor del proceso constituyente?; ¿qué cantidad de tiempo se le concede a los contenidos constitucionales dentro de las problemáticas locales?; ¿a la gente, le interesa la cuestión constitucional?

Es evidente, en consecuencia, observar que la coyuntura electoral municipal va terminar debilitando la legitimidad y la fuerza de los cabildos. Es claro, que lo contrario no va ocurrir; es decir, que el proceso constituyente termine debilitando o fortaleciendo la coyuntura electoral. En este caso, la variable independiente es la elección municipal.

La campaña electoral local está en marcha. Las piezas ya están en movimiento. A nivel local está en juego, nada menos, que en ganar la conducción del municipio. A nivel nacional, los resultados van a ser no sólo una señal potente para evaluar al gobierno y los posicionamientos presidenciales, sino también el proceso constituyente.

El resultado municipal, en consecuencia, es una evaluación al proceso constituyente. No lo define; sólo lo debilita o lo fortalece.

Muchas cosas están en juego en la próxima elección. Las fuerzas progresistas de Ñuñoa, ya saben que con unidad aseguran el triunfo electoral y el sillón alcaldicio. Pero, también deben considerar que tiene la “misión” de que esos cabildos constitucionales –que sólo definen contenidos- salgan fortalecidos de la coyuntura municipal.

¿Qué pasaría si la derecha local logra movilizar y hacer que los 20.000 votos que no fueron a la elección anterior, volvieran a sus filas?; sobre todo, considerando que –hoy- es altamente probable que los electores en votos emitidos- no superen la cifra anterior de 78.000 electores. Es más, sólo con el 40% de esos votos –es decir, unos 8.000 votos- logran ganarle, nuevamente, a la oposición unida –que va de los DC a los igualitaristas-.

Por Alejandro González LLaguno, Sociólogo

llaguno@nunorktimes.cl

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