Publicado el: Sáb 23, Ene, 2016

Consumidores Coludidos en Ñuñoa; La Gente se Organiza Contra el Poder Económico

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“Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el ser humano vive en riesgo permanente de deshumanizarse”
– José Ortega y Gasset

Ante las estafas del mercado, los ciudadanos se han organizado. En distintos lugares de Santiago y del país ya empiezan a crecer cooperativas y organizaciones que compran a mayoristas en condiciones mucho más favorables. En bastantes casos no solo se trata de conseguir alimentos más saludables y sin agrotóxicos, sino que también es una fórmula de buscar precios justos y burlar a los supermercados que, mucho antes, se burlaron de sus consumidores.

Mucho antes que la Fiscalía Nacional Económica pidiera investigar a los supermercados por colusión, Jorge Bravo (38) ya había sacado algunas cuentas: comprar junto a un grupo de vecinos le regalaba –en algunas oportunidades– hasta un ahorro del 40%.

Este porcentaje es solo una de las luces que le han indicado a Jorge que va por buen camino. La comunidad Juntos Compremos se inició hace 5 años con la idea de hacer frente a la máquina de consumo que enfrenta a los ciudadanos a interesadas cadenas de distribución y, por supuesto, a alimentos que no apuntan necesariamente a mejorar la salud. “Hace 5 años, cuando esto partió, estábamos con más gente en una charla sobre ecoaldeas y ahí empezamos a reflexionar respecto a cómo hacer comunidad en estos tiempos y en la ciudad… por problemas como el sobreprecio, el cómo tratan los supermercados a los proveedores, por ejemplo. Ahí nació la idea de comprar juntos”.

Juntos Compremos es un grupo que posee una lista de 400 inscritos, aunque mensualmente se abastecen 60 familias. La idea es que así, en grupo, consiguen precios mucho más convenientes y también pueden acceder a vendedores sin intermediarios. También hay productos que no están en los supermercados; así también se rompe el sistema que han levantado estos, en torno a su negocio donde también hay marcas que se convierten en vacas sagradas.

La cosa funciona así: cualquiera puede ingresar a la páginawww.juntoscompremos.cl, pinchar los productos que se despliegan y sumarlos a un carrito. Después de la selección, se paga y posteriormente, en un encuentro que se realiza mensualmente, se hace entrega de la caja con la mercadería comprada. Juntos compremos tiene dos puntos para entregar las compras: una casa en la calle Lastarria y una sede que les prestó la Municipalidad de Ñuñoa, en Macul con Grecia.

También se puede completar una encuesta e ingresar datos personales para ayudar con el proyecto en alguno de los aspectos que se necesitan: traslados, embalaje, etc. “En todo caso, no es obligación tener un rol activo, tú puedes simplemente comprar”, dice Jorge. Por ahora se trata de una agrupación de vecinos trabajando para conformar una cooperativa que tiene como primera meta, en 2016, abrir un almacén cooperativo que aún no posee lugar fijo, pero que quizás podría levantarse en el Barrio Italia.

Si uno va al link de la página, encuentra, por ejemplo, tallarines a $337, huevos a $77 o stevia –de la de verdad, no la que venden las grandes cadenas, que solo posee un porcentaje mínimo de la planta– a poco más de 3 mil pesos.

En Juntos Compremos –lo mismo que en otras iniciativas de este tipo– la idea es que los conceptos que se balbucean en divagaciones, se conviertan en carne y se lleven a la práctica: comercio justo, economía solidaria, consumo responsable y sustentabilidad.

Fuente, elmostrador.cl

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